que la vida contigo
sería un mar azul
y un horizonte lejano
que haríamos nuestro.
Me prometiste
que viajaríamos
en un barco de cristal
sobre nubes blancas
que nos abrazarían.
Me prometiste
que tu corazón y el mío
latirían siempre juntos
y tu mano me guiaría.
Me prometiste.
Y ahora dices que te vas,
que tus días son distintos,
que es diferente la aurora
y no existe un horizonte.
Dices que nuestro barco
de cristal se hunde,
que sólo sientes tristeza,
y pesar y una angustia
que no puedes comprender.
Y yo quedo rota
y la pena lo invade todo,
como una tormenta que hiere,
como un mar por donde no navego.
Así sólo me quedan
las noches de ausencia,
los días de nada,
y mis rodillas que caen
y sangran para que sepa
que aún sigo viva.
...............
Carlos Maza
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