30 de noviembre de 2007

Límites

¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí la sed,
hasta aquí el agua?
¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el aire,
hasta aquí el fuego?
¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el amor,
hasta aquí el odio?
¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el hombre,
hasta aquí no?
Sólo la esperanza tiene las rodillas nítidas.
Sangran.
............
Juan Gelman

6 de noviembre de 2007

Apunte

Esos barcos que llegan sigilosos al muelle
tienen algo de símbolo y de fácil metáfora.
El símbolo quizás de lo que muere.
La metáfora, en fin, de una vida ignorada.
De niño los miraba inventando unas rutas
por olvidados mares y por tierras de magos.
Perdiéndose en la niebla, helados por la luna,
los barcos de mi infancia iban siempre de paso.
Perseguían un mundo que no existe. Un mundo
que ha muerto en mí, que está borrándose
al evocarlo ahora desde este mar oscuro
que sólo surcan ya los barcos fantasmales.
..............
Felipe Benítez Reyes

16 de octubre de 2007

Lluvia

Llueve otra vez. Llueve de nuevo. Llueve:
siempre el amor me llega con la lluvia.
Sobre la calle una llovizna breve
y aquí en mi corazón, cómo diluvia...
Llueve. Y el agua cae sin relieve
sobre las piedras, ávidas de lluvia.
Aquí en mi corazón, cómo remueve;
aquí en mi corazón, cómo diluvia.
Siempre el amor me llega así. Sin ruido,
con silencioso paso estremecido:
niebla menuda que después diluvia.
Siempre el amor me llega así, callado,
con silencioso andar desesperado...
Y no sé dónde estás. Y está la lluvia.
................
Julia Prilutzky

9 de julio de 2007

¡Qué desaliento!

Yo soy un bergantín sin singladura,
que estoy ya fondeado en la bahía.
Sin velas ni timón. La travesía
me ha roto en mil pedazos la armadura.
No navego. Mi suerte es insegura,
me amenazan las olas. Cada día,
intento soportar con alegría
esta triste y amarga desventura.
Ancorado en la mar. A sotavento.
Olvidado al final de la ensenada,
sin mástil, sin escudo ni bandera.
¡Qué triste bergantín! ¡Qué desaliento!
Naufragando en constante marejada,
y terminar podrida su madera.
..............
Alfonso Cabello

4 de julio de 2007

Autobiografía

Como el náufrago metódico que contase las olas
que faltan para morir,
y las contase, y las volviese a contar, para evitar
errores, hasta la última,
hasta aquella que tiene la estatura de un niño
y le besa y le cubre la frente,
así he vivido yo con una vaga prudencia de
caballo de cartón en el baño,
sabiendo que jamás me he equivocado en nada,
sino en las cosas que yo más quería.
..........
Luis Rosales

23 de junio de 2007

Lluvia

Bruscamente la tarde se ha aclarado
Porque ya cae la lluvia minuciosa.
Cae o cayó.
La lluvia es una cosa
Que sin duda sucede en el pasado.
Quien la oye caer ha recobrado
El tiempo en que la suerte venturosa
Le reveló una flor llamada rosa
Y el curioso color del colorado.
Esta lluvia que ciega los cristales
Alegrará en perdidos arrabales
Las negras uvas de una parra en cierto
Patio que ya no existe. La mojada
Tarde me trae la voz, la voz deseada,
De mi padre que vuelve y que no ha muerto.
............
Pablo Neruda

16 de junio de 2007

Peces de sangre fría...

Peces de sangre fría,
fríos peces de agonía intolerable
y deseos escasos.
Ambición sólo de respirar deslizándose
Con familias enteras que el océano asila
sin preguntar de qué cálido hábitat
vengo.
Siguiendo su rastro con convencionales artes
materiales informes,
mallas nuevas
querría manejar
sin que me impresionase su baile ciego en torno a la almadraba,
su turbia postración,
su fuga turbia.
.......
Luisa Castro

1 de mayo de 2007

El espejo de agua

Mi espejo, corriente por las noches,
se hace arroyo y se aleja de mi cuarto.
Mi espejo, más profundo que el orbe
donde todos los cisnes se ahogaron.
Es un estanque verde en la muralla
y en medio duerme tu desnudez anclada.
Sobre sus olas, bajo cielos sonámbulos,
mis ensueños se alejan como barcos.
De pie en la popa siempre me veréis cantando.
Una rosa secreta se hincha en mi pecho
y un ruiseñor ebrio aletea en mi dedo.
................
Vicente Huidobro

26 de abril de 2007

La belleza te anida en la cintura

La belleza te anida en la cintura,
en la bondad azul en que navego:
cosecha permanente donde siego
los frutos de la voz y su ventura.
Derramas con largueza tu hermosura
y en la pupila tanta luz trasiego,
que siento arder en mí tu puro fuego
y en la noche brillar tu quemadura.
Estás en mí, como agua de la fuente,
como la sed al fondo del estío
que calme su anhelar en la corriente;
y estás en cada estrella con que guío
el viaje que me lleve hasta tu frente
y a la profundidad del hondo frío.
.............
Carmen González Huguet

22 de abril de 2007

Por entre las islas

Suelto mi corazón como vela y navego por entre las islas
La algarabía de los pájaros marinos llena mi barco de alas
No existe territorio como éste en pleno
pecho de mi travesía que pueda
hacerme olvidar cuán cerca
de aquí estás mi silenciosa.
.............
Gustavo Pereira

13 de abril de 2007

Verano 1966

Cuando me extiendo junto al mar,
existe el agua y su palpitación
y un cielo azul cuya profundidad
es demasiado grande para mí.
Sentir el mar, su lentitud viviente,
es la magnificencia y el olvido,
pero sentir la vida de los camaradas
en ser el camarada de uno mismo.
El cielo inmóvil tiene su razón, lo sé,
pero la razón que hay en nosotros
existirá aún cuando este cielo
haya sido borrado por el viento y el frío.
............
Antonio Gamoneda

24 de marzo de 2007

Mar en calma

Mar en calma. Con energía
desafiante asume el reto
de entender la sabiduría
inmortal de quedarse quieto.
Más allá de pena y de goce,
¡infinitud en que te enrolas!,
el corazón, al fin, conoce
la ciencia de no tener olas.
La ciencia en que no vuela un ave
ni se escucha un sonido leve.
(Luego, sin nadie, el sueño grave.
Sin nadie, la estepa, la nieve.)
...........
Carlos Bousoño

15 de marzo de 2007

Soy la leve espuma del mar

Algunos son de piedra, algunos son de barro,
yo resplandezco como plata.
Mi don es la traición y mi nombre, Marina.
¡Soy la leve espuma del mar!
Algunos son de barro, algunos son de carne;
de ellos son lápidas y féretros.
Fue con agua marina mi bautizo. En mi vuelo
fui muchas veces derrotada.
Por cada corazón, también por cada red,
atraviesa mi libertad.
¿Ves esta cabellera ensortijada? A mí
la sal no me hará de la tierra.
Si me estrello y me rompo contra pétreas rodillas,
vuelvo a nacer en cada ola.
Yo celebro la espuma, la magnífica espuma,
la grandiosa espuma marina.
...........
Marina Tsvietáieva

14 de marzo de 2007

Un recuerdo

La tarde trae rumor de sueño breve,
olor a bruma gris, campo mojado.
Va menguando el dolor año tras año,
invierno tras invierno se adormece.
Sigue intacta la hierba, el río agreste
baja buscando el mar desorientado,
y aunque ya estés a veces tan lejano,
siempre hay algo de ti que permanece.
Algo en el aire queda, lleva el viento
el eco de una voz entre los pinos.
La lluvia empapa lentamente el suelo,
se pierde entre la niebla tu destino.
Y en el recuerdo, hasta el mismo tiempo,
se ha quedado un instante detenido.
..........
Cristina Díez

2 de marzo de 2007

Te quiero

Un lago en una isla
eso es tu amor por mí,
y mi amor te rodea
como un inmenso mar
de silencios azules;
pero tienen también
tus grandezas ocultas.
Soy un niño de sal
sobre tu falda;
me sostienen tus prados
submarinos,
eres frondosa cumbre,
eminencia visible
de tu tierra profunda.
Me enriquecen los ríos,
y tu amor, ese lago
corazón de la isla,
es la fuente de todas
las líquidas comarcas.
Te haces querer.
Te quiero.
Mira mis blancas olas.
........
Manuel Altolaguirre

3 de febrero de 2007

Al dejar un alma

Agua crepuscular, agua sedienta,
se te van como sílabas los pájaros tardíos.
Meciéndose en los álamos el viento te descuentan
la dicha de tus ojos bebiéndose en los míos.
Alié mi pensamiento a tus goces sombríos
y gusté la dulzura de tus palabras lentas.
Tú alargaste crepúsculos en mis manos sedientas:
yo devolveré en el pan tus trágicos estíos.
Mis manos quedarán húmedas de tu seno.
De mis obstinaciones te quedará el veneno,
flotante flor de angustia que bautizó el destino.
De nuestros dos silencios ha de brotar un día
el agua luminosa que dé un azul divino
al fondo de cipreses de tu alma y de la mía.
............
Carlos Pellicer

31 de enero de 2007

El velero blanco

Desde que era niño siempre tuvo un sueño,
se lo dio un barquito hecho de papel,
y fue desde entonces que quiso ser dueño
de un velero blanco y bogar en él,
no por los paisajes de un mundo lejano
cubierto por islas de hermoso coral
él solo soñaba sentarse en su barco
y por una brisa dejarse llevar.
Al pasar el tiempo se quedó en un sueño
como tantos sueños, su sueño de mar
nunca dijo nada, pues siempre temía
que si alguien sabía se fuera a burlar.
Hoy que ya está viejo, y nadie le ofrece
por sus pocas fuerzas un trozo de pan,
agarra la silla, ésa que se mece,
y se va hasta el patio, buscando soñar;
en la vieja silla se siente en el barco,
cerrando los ojos escucha la mar
y hasta hay una brisa...
que baja a sus labios
olas muy pequeñas...
con sabor... a sal...
.............
Ramón de Almagro

23 de enero de 2007

Yo en el fondo del mar

En el fondo del mar
hay una casa de cristal.
A una avenida
de madréporas
da.
Un gran pez de oro,
a las cinco,
me viene a saludar.
Me trae
un rojo ramo
de flores de coral.
Duermo en una cama
un poco más azul
que el mar.
Un pulpo
me hace guiños
a través del cristal.
En el bosque verde
que me circunda
—din don... din dan—
se balancean y cantan
las sirenas
de nácar verdemar.
Y sobre mi cabeza
arden, en el crepúsculo,
las erizadas puntas
del mar.
.........
Alfonsina Stormi

19 de enero de 2007

Ser río sin peces

Ser de río sin peces, esto he sido.
Y revestida voy de espuma y hielo.
Ahogado y roto llevo todo el cielo
y el árbol se me entrega malherido.
A dos orillas del dolor uncido
va mi caudal a un mar de desconsuelo.
La garza de su estero es alto vuelo
y adiós y breve sol desvanecido.
Para morir sin canto, ciego, avanza
mordido de vacío y de añoranza.
Ay, pero a veces hondo y sosegado
se detiene bajo una sombra pura.
Se detiene y recibe la hermosura
con un leve temblor maravillado.
.............
Rosario Castellanos

16 de enero de 2007

En un lugar al sur

Es un lugar al sur, un lugar donde
la cal
amotinada desafia el mirar.
Donde viviste. Donde a veces en sueños
vives aún. El nombre empapado de agua
te escurre de la boca.
Por caminos de cabras descendías
a la playa, el mar batía
en aquellas piedras, en estas sílabas.
Los ojos se perdían ahogados
en el fulgor
del último o del primer día.
Era la perfección.
.........
Eugenio de Andrade

13 de enero de 2007

La ola

Eterna,
una pena en torno a la cual
florecen las ramas.
Eterna,
un viaje cuyos ojos
hunde el río en sus aguas.
Una ola me enseñó
que la luz de las estrellas,
el rostro de las nubes
y el gemido del polvo
son una sola flor...
.......
Ali Ahmad Said (Adonis)

Lluvia de mediodía

Larga quietud del aire
cernido por la lluvia:
la playa solitaria
se sumerge en la bruma.
LLuvia del mediodía,
lluéveme bien adentro
hasta lavar el alma,
purifica mi aliento,
cuerpo de la palabra;
escucharé la ola
para hablar con la sangre
que sube de la sombra
de los días sin nadie.
Ya se rasga la hora
por la paz de la playa:
un bando de gaviotas
va a posarse en el agua.
Aire del mediodía,
tú que abres mis ojos,
dime de dónde vienen
esos días sin rostro
que ahora me devuelves;
dime qué final cierto
con tu luz nos anuncias,
dónde nace el deseo
que no se sacia nunca.
...........
Miguel Martinón

9 de enero de 2007

Despedida del mar

Por más que intente al despedirme
guardarte entero en mi recinto
de soledad, por más que quiera
beber tus ojos infinitos,
tus largas tardes plateadas,
tu vasto gesto, gris y frío,
sé que al volver a tus orillas
nos sentiremos muy distintos.
Nunca jamás volveré a verte
con estos ojos que hoy te miro.
Este perfume de manzanas,
¿de dónde viene? ¡Oh sueño mío,
mar mío! ¡Fúndeme, despójame
de mi carne, de mi vestido
mortal! ¡Olvídame en la arena,
y sea yo también un hijo
más, un caudal de agua serena
que vuelve a ti, a su salino
nacimiento, a vivir tu vida
como el más triste de los ríos!
Ramos frescos de espuma... Barcas
soñolientas y vagas... Niños
rebañando la miel poniente
del sol... ¡Qué nuevo y fresco y limpio
el mundo...! Nace cada día
del mar, recorre los caminos
que rodean mi alma, y corre
a esconderse bajo el sombrío,
lúgubre aceite de la noche;
vuelve a su origen y principio.
¡Y que ahora tenga que dejarte
para emprender otro camino!...
Por más que intente al despedirme
llevar tu imagen, mar, conmigo;
por más que quiera traspasarte,
fijarte, exacto, en mis sentidos;
por más que busque tus cadenas
para negarme a mi destino,
yo sé que pronto estará rota
tu malla gris de tenues hilos.
Nunca jamás volveré a verte
con estos ojos que hoy te miro.
..........
José Hierro

5 de enero de 2007

Desnudos

Por el mar vendrán las flores del alba
(olas, olas llenas de azucenas blancas),
el gallo alzará su clarín de plata.
(¡Hoy! te diré yo tocándote el alma)
¡O, bajo los pinos, tu desnudez malva,
tus pies en la tierna yerba con escarcha,
tus cabellos verdes de estrellas mojadas!
(...Y tú me dirás huyendo: Mañana)
Levantará el gallo su clarín de llama,
y la aurora plena, cantando entre granas,
prenderá sus fuegos en las ramas blandas.
(¡Hoy! te diré yo tocándote el alma)
¡O, en el sol nacido, tus sienes doradas,
los ojos inmensos de tu cara maga,
evitando azules mis negras miradas!
(...Y tú me dirás huyendo: Mañana)
...........
Juan Ramón Jiménez